lunes, 23 de diciembre de 2019

6 Underground - El Anarcocapitalismo Bayiano



En un tuit al que le perdí la cuenta mencionaba que Michael Bay pasó de ser un director exitoso y malamente influyente, en otro autor enfrentándose al monstruo hollywoodense llamado Disney. Aparte de lo increíble que es que el tipo tenga un estilo propio (mal que bien), que al igual que otros directores haya decidido pasar al streaming. ¿Aprendió algo con el debacle de Transformers? 

Si has visto cualquier película de Bay y prestado mucha atención, cosa que es complicada ya que el tipo se encarga de distraer al espectador con explosiones, CGI, y cambios de plano cada 3 segundos; se dará uno cuenta de la agenda pro-bélica, chauvinismo americano, y la promoción de actitudes ultraconservadoras en su cine. Están escondidas a través de un cine tan comercial y vació que hasta el mismo debe reconocerlo, que sencillamente su público está más que preparado en apagar su cerebro y usarlo en algo que si valga la pena.

La película inicia con una secuencia donde nos introducen los fantasmas. Un grupo de hombres y mujeres que fingen su muerte para entrar en misiones en pos de un mundo mejor. Estos son reclutados por Ryan Reynolds, llamándose uno donde usa su dinero generado por el mismo y sus experimentos, él dice ser un Elon Musk o un Bill Gates pero sin repercusión mediática, cosa ridícula en un supuesto genio, atractivo y cínico. 
Volviendo a dicha introducción todos los personajes son llamados por un número esto por seguridad y evitar relaciones íntimas, más allá de eso no cuentan con un personalidad solo son un rol y/o estereotipo.

O por lo menos eso es lo que intenta decirnos mientras nos distrae con groserías, edición de niño de primaria jugando con el movie maker, asi como no uno ni dos sino como tres elipsis; recordemos que Bay es autor y quiere irse a la avant garde. Cosa que sería medianamente perdonable si fuese exclusivo de esa secuencia pero no, todos esos vicios continúan por las dos horas del filme.

De ahí tenemos una historia que inicia tres veces, más escenas con los personajes que son mero relleno, estos parece que solo interactúan y desarrollan sexualmente. Tan mal planteada es la película que un personaje secundaria recibe una escena introductoria como de protagonista, solo para que el resto de la cinta no realice nada relevante más que hacer que el nuestro héroe se haga ”woke”.

Bay será lo que quieran pero a diferencia de otros cineastas malos, sus películas suelen verse y oírse excelente. Bojan Bazelli aleja a Bay del horrible y cliché naranja-azul para irse tonos coloridos más variados, la colorimetría varía de la locación, aunque se va al naturismo documentalista en las escenas en el país inventado. 
Obvio un linda fotografía no suele salvar un estúpido guión pero al menos se agradece que no me sangren los ojos. Cosa que no puedo decir la musicalización, si bien el sonido está bien, varias escenas tiene un extraño melancolismo que no va ni con las imágenes, ni el tono presentados, lo único rescatable son las canciones que aunque cursis funcionan mejor que una introducción a la Bryan Adams. El trabajo de Lorne Balfe más que malo es ridículo por demás.
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Toda la agenda de Bay sigue ahí pero en muchos casos más mesurada: El billonario anarcocapitalista quien a pesar de morir puede seguir generando dinero (¿de donde vendrá?) pero lo usa por el bien común, que consiste en derrocar gobernantes y matar a los chicos malos. Eso sin faltar los toques a criticar a los millennials, cuando su protagonista es todo menos un boomer.
El pro belicista de ilustrar de forma divina a las armas y vehículos militares (es un soldado quien le introduce el conflicto interno el protagonista), ya que el problema para los libertarios son los gobernantes, no por corruptos sino por “pussies”. Sin olvidar a las minorías y mujeres quienes siguen siendo cosificados y estereotipados, aunque en menor medida que sus anteriores películas. Incluso el product placement es menos agresivo.  

Si bien su segunda mitad mejor el horrible ritmo de la primera, dando un clímax entretenido y Reynolds ofrece un actuación carismática en un personaje por demás plano. De alguna forma lo que habría que agradecer es que no se digno a ponerla en cines sino en un lugar donde la puedes parar si quieres. Y es que para ser una película de acción, con una premisa y temáticas interesantes, termine siendo un largo y tedioso cúmulo de secuencias mal editadas y estructuradas.

Lo que termina por ser lo más interesante de la película, es cómo a pesar de mostrar el mensaje donde se le pide al macho alfa abrirse y reconocer la individualidad de las personas en vez de clasificarlos, y al mismo tiempo tenemos todavía una preocupación por si los integrantes latinos son ilegales en EEUU, a pesar de que ya todos están “muertos”.

Tal parece que a su director le sigue importando.



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